Un clásico de la magia infantil, donde el mago muestra un cuadro con la imagen de un sonriente payaso. Este se encuentra sin colores, en blanco y negro.
Solicita la ayuda de los espectadores quienes arrojan colores a la imagen…. al retirarla el mago del cuadro se ve como esta se va pintando en su totalidad.
Un juego muy colorido y automático.
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